domingo, 17 de mayo de 2009

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Ahora que nos habíamos quedado solos iba a preguntarle de que conocía a Toni pero él se adelantó.
- ¿No te resulto familiar? Dijo después de soltar una carcajada y esperando un no por respuesta, aunque no esperó a que yo contestara. -Te he visto tantas veces hablar con Toni en la cafetería…-
De repente me sentí estúpida, Dan trabajaba con Toni y yo le había visto muchas veces. Era demasiado tarde para que Dan no supiera cómo me sentía. Me cogió de la mano y comenzó a hablar.
-No te preocupes, en esa cafetería hay tanta gente... -
Yo recordé como me había quedado mirándole algunos días y como él se había dado cuenta respondiendo con una sonrisa, pero de eso hacía mucho tiempo, más incluso de que todo empezara…
- No sé que me molesta más, si no haberme dado cuenta antes o que me digas tu eso- dije sonriendo. Dan no pasaba desapercibido, ni siquiera en la transitada cafetería de Toni.
Hasta entonces no había sido consciente de que estábamos cogidos de la mano pero estaba bien así. Dan me inspiraba tanta confianza, que empezaba a sentirme indefensa con él.
Mordiéndose los labios y mirándome inocentemente señaló la noria, tuve la sensación de saber lo que quería decir eso antes de mirar y evidentemente así era, Andrea y Toni ya no estaban, no hice más que sonreír, ya me lo había esperado.
Me propuso ir a pasear a la orilla de la playa, yo asentí con la cabeza, quería alejarme del ruido y el alboroto. No había muchos lugares más agradables para mí que la orilla de la playa por la noche, además era una noche tan perfecta. Nos habíamos alejado bastante pero las luces y el sonido peculiar de la feria seguía difuminado en el ambiente, lo que hacía más perfecta esa noche.
- ¿Qué fue lo que me susurraste antes? – Le dije yo con curiosidad y falsa timidez.
- En realidad lo prefiero así –
-¿Así?, ¿así cómo?- No sabía que había querido decir con eso
-Así- Respondió mirando hacia el cielo evitando reírse.
-¿Prefieres que no sepa lo que me has dicho?-
-Sí- Dijo con seguridad haciéndose desear.- Sí no sabes que te he dicho tendrás que verme otro día para averiguarlo- Lo había dicho con un tono divertido que me hizo sonreír.
-Creo que podré sobrevivir sin saberlo, tranquilo, con el tiempo conseguiré superarlo- los dos sabíamos que quería volverle a ver.

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